¿Has tenido alguna vez que leer una frase dos veces para enterarte de lo que dice? Es probable que la culpa sea del ANACOLUTO.
Olga Mesa Jorge, asesora editorial. CulturaliaS
El anacoluto es un fenómeno frecuente de la lengua hablada, modalidad del lenguaje en la que prima la inmediatez. Empezamos una frase y, en vez de terminarla, la unimos a otra distinta. Como si la frase estuviera rota. La iniciamos de una determinada forma pero antes de concluir damos un giro que cambia la estructura de la oración. Todo eso sin venir a cuento, por eso no encaja. Lo que ocurre es que se rompe la concordancia sintáctica y sentimos que algo falla en la construcción de la frase. La palabreja procede del latín, que la tomó del griego, pero en ambos idiomas venía a significar: ‘que no sigue el camino’.
– La cena lo que no se puede es prescindir de ella. X
– De lo que no se puede prescindir es de la cena. √
– De la cena no se puede prescindir. √
Las causas que producen el anacoluto (llamado también solecismo), son variadas y no siempre son fáciles de corregir. Pero en ese espacio oral, la concordancia se puede resolver sobre la marcha, por lo que no resulta tan dañino. Es en la lengua escrita donde no debería aparecer.
La coherencia, la cohesión y la concordancia son valores que deben regir la lengua escrita.
Hay casos en los que el solecismo o anacoluto aparece con el total consentimiento del autor. En ese caso se trata de una figura retórica:
«Así el alma que por su culpa se aparta de esta fuente y se planta en otra de muy mal olor, todo lo que corre de ella es la misma desventura y suciedad».
Teresa de Jesús
Evitar que el anacoluto o solecismo se cuele en nuestro texto podría lograrse de varias maneras, pero una forma sencilla y eficaz es la de leer con detenimiento, y en voz alta, lo que hemos escrito. Así podremos asegurarnos, mediante la lectura, de que todo concuerda, de que el texto no está contaminado de expresiones orales o descuidos que, en el habla, pasan más desapercibidas por su carácter evanescente.
El sujeto, en la mayoría de los casos, debería concordar con el verbo y con sus adjetivos en género y número. Las preposiciones que acompañan a los verbos deben revisarse y, si no estamos seguros, siempre lo mejor es consultar el Diccionario panhispánico de dudas (DPD) de la Real Academia Española (RAE).
Concordancia. Diccionario panhispánico de dudas. http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=XEVeLzVZaD6CG25cW5